Whitechapel (Barcelona)


  • Tiempo: 70 minutos
  • Capacidad: 2-6 jugadores
  • Temática: Terror
  • Nivel de miedo: Llévate pañales (y muchos)
  • Dificultad: Media
  • Recomendación: LEGENDARIO

Conoce qué posición ocupa en nuestro ranking y nuestra puntuación detallada.


Fecha en la que jugamos: Mayo 2019 (4 jugadores)


Terroríficamente genial

Toda la comunidad de escapismo del país conoce a Sam. Y quien no lo conoce, al menos ha oído hablar de él. Haya o no haya pasado por Whitechapel. Por algo será…

En 1888, en un famoso barrio londinense llamado Whitechapel, ocurrieron una serie de asesinatos cometidos por Jack el Destripador. Ahora, 130 años después, un asesino le está haciendo tributo y causando el caos siguiendo los pasos del mismísimo Jack.

Para saber más sobre Jack el Destripador pincha aquí.

Los asesinatos de Whitechapel

Whitechapel es un barrio de Londres, de población multiétnica con predominio bengalí, situado a poco más de 5 Km al este del centro.

A mediados del s. XIX el flujo de inmigrantes irlandeses y de refugiados judíos de Europa del este y de la Rusia imperial lo condujeron a un estado de superpoblación. Esto provocó la caída de los niveles de empleo y la calidad de vida, así como la proliferación de una amplia clase baja caracterizada por la pobreza, el crimen, la violencia, el alcoholismo y la prostitución. Según informes de la Policía Metropolitana de Londres llegó a contar con 62 burdeles y 1.200 prostitutas. Whitechapel sufría de una nefasta reputación debido a casos de antisemitismo, racismo, delincuencia y disturbios sociales. Pero su mala fama aún no había llegado a su punto álgido…

Entre verano y otoño de 1888 cinco mujeres fueron asesinadas: Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly. En menos de 4 meses. Y, para asombro de Scotland Yard, todas en un radio de 1,5 kilómetros. Todas eran prostitutas. Todas presentaban el mismo modus operandi, caracterizado por cortes en la garganta, mutilaciones en el área genital y abdominal, extirpación de órganos y desfiguración del rostro.

No era el primer asesino en serie, pero sus crímenes tuvieron una cobertura mediática sin precedentes, y la prensa le acuñó el sobrenombre de “Jack el Destripador”.

Entre 1888 y 1891 se contabilizaron seis asesinatos más, con distinto modus operandi (por lo que se dudó de su autoría). Dos de ellos anteriores a los “cinco canónicos” y cuatro posteriores. Todas mujeres. Todas prostitutas. Un total de once.

Mapa de 1894. Los siete puntos rojos marcan las ubicaciones de los primeros siete asesinatos de Whitechapel.

Esta serie de macabros asesinatos era lo que le faltaba al ya descontrolado barrio de Whitechapel. Nadie se sentía seguro. Ante la falta de avances en la investigación, los propios vecinos crearon el Comité de Vigilancia de Whitechapel, un grupo de voluntarios que patrullaba el barrio.

Durante estos sucesos, la policía y la prensa recibieron numerosas cartas supuestamente escritas por Jack el Destripador. La que más probabilidad tiene de ser auténtica fue dirigida a George Lusk, entonces presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel. Comenzaba con las palabras “Desde el infierno” y venía acompañada de una caja con un frasco de etanol en su interior que contenía medio riñón. En el texto el autor afirmaba haberse comido el resto del órgano frito.

Scotland Yard llegó a investigar a más de 300 sospechosos. Nunca encontró pruebas incriminatorias.

En 2014 el escritor Russell Edwards aseguró haber comparado, obteniendo una coincidencia del 99%, el ADN del chaleco de una de las víctimas y el ADN de uno de los sospechosos, el barbero polaco Aaron Kosminski, de 23 años en el momento de los asesinatos, que en 1891 internó en un psiquiátrico por “probable esquizofrénico paranoide con alucinaciones auditivas y tendencia a masturbarse en público” hasta su muerte en 1919. Poco después, algunos investigadores alegaron que se habían cometido importantes errores durante las pruebas.

Otra investigación aseguró haber desvelado la identidad de Jack gracias a un diario escrito entre 1888 y 1889. En sus páginas James Maybrick, un mercader de algodón de Liverpool, confesaba haber acabado con la vida de cinco mujeres en Whitechapel y otra en Manchester, y concluía desenmascarándose como Jack el Destripador. Finalmente el diario resultó ser una falsificación.

En torno a la incógnita del asesino de Whitechapel se ha creado todo un universo. Sus calles son hoy una atracción turística, alojando rutas guiadas acerca de los macabros sucesos y un museo. La lista de libros que indagan el caso crece año tras año. Incluso un coleccionista británico llegó a pagar en una subasta 22.000 libras (unos 25.000 euros) por una de las supuestas cartas del asesino.

Y todavía, a día de hoy, el caso de Jack el Destripador es uno de los mayores misterios sin resolver.

El juego

Pero entonces, ¿por qué todo el mundo sabe quién es Sam? Porque es un personaje que no se olvida, de un escape room que no se olvida. Como diría Jack el Destripador: vayamos por partes…

Una temática poco explotada y llevada de una manera muy original. Un hilo conductor elaborado, que tú mismo descubres durante el juego y sobre el que piensas y comentas después del juego. Una introducción que te deja en el punto emocional exacto para empezar 100% inmerso pero ir de menos a más a lo largo de la partida. Una atmósfera global que hace de caldo de cultivo perfecto para que se sucedan momentos de intensidad de los que quedan para siempre en la memoria. Unos game masters excelentes durante y después del juego, apasionados e inconformistas, que se atreven a explorar más allá, y que trabajan con una motivación garantizada: disfrutan muchísimo si te hacen disfrutar muchísimo, pero de verdad. Este juego lo tiene TODO. Y no sólo eso, ¡además lo combina de una manera que lo hace único!

Tras jugarlo, nos extrañó que no todos los rankings lo situaran en el top en nuestra búsqueda de referencias previa. Posteriormente supimos que sus creadores han ido implementando mejora tras mejora desde la apertura. Aunque suene mal, nos alegramos de haber tardado en ir y haber podido disfrutar esta versión tan redonda.

Un juego, sin duda alguna, obligatorio.

Bonus: Si quieres tener un primer contacto con Sam antes de llegar a Whitechapel, o simplemente ya lo conoces y le echas de menos, ve al minuto 34:26 de este interesante podcast sobre escape rooms.