La Orden by Experiencity (Madrid)


  • Tiempo: 85 minutos
  • Capacidad: 2-7 jugadores
  • Temática: Aventuras
  • Dificultad: Media/Alta
  • Recomendación: Recomendable

Conoce qué posición ocupa en nuestro ranking y nuestra puntuación detallada.


Fecha en la que jugamos: Julio 2021 (2 jugadores)


Bajo Zero estaba el game master…

Os dirigís en helicóptero a una de vuestras rutinarias expediciones al Himalaya cuando éste empieza a fallar…

Así de prometedor es el comienzo, que no decepciona, en consonancia con el diseño general de la sala. Con una ambientación bien cuidada y no limitada a la decoración, incorpora “El Yeti” en su título con respecto a la sala original en Sabadell (llamada solamente “Bajo Zero”) y de acuerdo a ello ofrece un argumento más elaborado, que además se entrelaza con una premisa argumental común al resto de juegos de La Orden.

En nuestro caso, la experiencia se vio notablemente empobrecida por el papel de nuestro game master que, vaya por delante, fue muy educado, atento y agradable en todo momento, lo cual siempre es de agradecer. Pero hubo dos cosas que nos dejaron una sensación bastante floja.

La primera fue el acting introductorio. Hay game masters que con su mirada, sus expresiones, sus gestos y sus alternancias en la voz te sumen en el juego, en una atmósfera de enajenación y un interés extremo que te hacen despegar a un viaje lejos de la realidad que continuará en la sala. Hay otros que, a pesar de no tener tan desarrollada esta habilidad, si bien no te arrastran a esa fantasía, sugieren y permiten que tú lo consigas poniendo de tu parte. Y por último hay otros que, simplemente, no resultan creíbles y te hacen permanecer en el mundo real cada segundo de su interpretación, consciente de que vas a jugar un escape room, que hay un game master disfrazado y que estás llevando un protocolo de entrada a la sala. En nuestra sesión se trató de este último caso.

La segunda fue la propia labor del game master llevando el juego. En sus intervenciones ya nos dimos cuenta de que no estaba atento a la partida, o por lo menos no sabía en que punto del juego estábamos, qué habíamos hecho y qué no. Más o menos a mitad de la partida, sucedió que un mecanismo se activó accidentalmente al tiempo que estábamos haciendo algo que correspondía a otro juego. Como es lógico pensamos que lo habíamos activado nosotros, descartando ese otro juego durante toda la sesión, lo que nos dejó atascados mucho tiempo, rompiendo el ritmo y con la añadida frustración. Con el tiempo ya agotado, el game master nos regaló unos minutos en los que nos guió para poder vivir el final. Tras pedírselo repasó el juego con nosotros: al hacerlo comprobamos que la mayoría de las veces no sabía lo que habíamos estado haciendo. Nos dio mucha rabia conocer las partes del juego que nos habíamos perdido porque la verdad estaban muy chulas, y nos sorprendió que el game master no supo responder dos preguntas (una acerca de una prueba y otra acerca del argumento), dando una respuesta retardada, dubitativa y poco convincente.

Remarcamos que no completar un juego es frustrante en sí para la mayoría de jugadores (entre los cuales nos incluimos), lo cual puede pasar con el mejor game master, ya que no consideramos que su labor sea que completes el juego, en absoluto. ¿Hubiéramos terminado la aventura con un buen desempeño del game master? No lo sabemos, consideramos que es un juego de dificultad más bien alta y, aunque somos jugadores experimentados y no solemos tener problema, siempre puede tener uno un mal día. Pero no es esto lo que denunciamos. Insistimos: la labor del game master no es que los jugadores completen el juego. Pero sí lo es que se diviertan intentándolo. Y, por diferentes que sean las maneras en las que se divierte cada uno, estar 20 minutos atascado en la misma prueba sin progresar resulta tremendamente aburrido para cualquiera.

Esta fue nuestra experiencia, en una sala con bastante potencial. Estamos convencidos de que con mejores actuaciones por parte de sus game masters (entre los cuales incluimos al que llevó nuestra sesión, al cual nunca le vimos mala actitud, ni mucho menos) hará divertirse mucho a futuros expedicionarios.